México dio un golpe en la mesa. Por primera vez, en este país una mujer asumió el poder de una nación, que, como la nuestra, atraviesa una crisis social que necesita mano firme, pero alto sentido social. Pero ¿quién es Claudia Sheinbaum Prado, la nueva presidenta electa de México? A sus 61 años, la nueva mandataria de los mexicanos es una científica y académica que decidió dar el paso a la política, fue también la primera Jefe de Estado en la Ciudad de Mexico marcando una huella en su ciudad y su país.
Su victoria, con el más del 60% de los votos de los ciudadanos y el teniendo la mayoría calificada, en el Senado y en Cámara, hace que su proyección sea muy prometedora, ya que el actual presidente, Manuel López Obrador, nunca pudo contar con ese respaldo, que hoy le permitieran realizar algunas de sus más grandes promesas como mejorar el sistema de salud y sacar de las calles al ejército. Sin embargo, AMLO, a 4 meses de finalizar sus seis años de mandato sale con una de las popularidades más grandes de los mandatarios de América Latina, el 60% de los ciudadanos de ese país, con una política de izquierda que golpeó la politica tradicional mexicana.
Sheinbaum va por ese logro. Respaldar las políticas de la Cuarta Transformación, como lo indicó su antecesor López Obrador, será su principal tarea, con una dura crisis humanitaria que se recrudece con la violencia que aqueja a México producto de las redes de narcotráfico, fuertemente conectadas con Suramérica y una crisis migratoria que sigue siendo un dolor de cabeza para el país “manito”.
Para los presidentes de izquierda de América Latina, ha sido un triunfo. La celebración de Gustavo Petro, en Colombia; de Lula, en Brasil; muestran la gran controversia que atraviesa este lado occidental del planeta, en donde toman fuerza los partidos y movimientos sociales que terminan sobrepasando los partidos políticos tradicionales, modificando las formas y las tendencias como, hoy, los jóvenes enfrentan a la política.
Para Colombia este será un gran reto. La línea social de los dos gobiernos permitirá orientar esfuerzos para trabajar elementos como la relación turística entre los dos países, especialmente de colombianos que buscan ingresar a México siendo maltratados y señalados sin razón alguna; es un gran reto para mejorar las relaciones comerciales, fortaleciendo la capacidad productiva de Colombia frente al aguacate y el café, orientando rumbos de exportación hacia ese país.
Pero, al final, la victoria de Sheinbaum es un aire para el presidente Gustavo Petro, quien sigue encontrando en una fuerza económica y política de la región, un posible aliado para sus proyectos a corto y mediano plazo, en donde continúa, junto a Brasil, generar la nueva revolución política de América Latina.
Deninson Mendoza
