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Alejandro Ocampo

La necesidad de soñar

Una columna del Portal de Opinión

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Durante siglos, Colombia ha estado gobernada por partidos de derecha y mafias de politiqueros que han monopolizado lo público en su propio beneficio, dejando de lado el bienestar de los colombianos. Esta realidad ha minado la esperanza y el anhelo de cambio en nuestra sociedad. Sin embargo, soy un convencido de que necesitamos seguir soñando.

Como representante del Pacto Histórico por el Valle del Cauca, criado en el humilde Distrito de Aguablanca en Cali, entiendo las dificultades que enfrentan las comunidades más vulnerables.

Pero también sé que el cambio es posible si nos atrevemos a soñar en grande. Sueño con una Colombia donde la educación de calidad sea accesible para todos, sin importar su origen o situación económica. La educación es la clave para romper el ciclo de la pobreza y construir un futuro mejor para las generaciones venideras.

Sueño con la materialización de la paz total en nuestro territorio, incluyendo la paz urbana en lugares como Buenaventura, el puerto más importante del Pacífico colombiano. La violencia no puede ser la norma en nuestras ciudades; debemos trabajar incansablemente por la reconciliación y la convivencia pacífica.

Sueño con una Colombia que regule inteligentemente el cannabis y otras drogas, quitándole este lucrativo negocio al narcotráfico y enfocándose en políticas de prevención y salud pública. Es hora de dejar atrás la guerra contra las drogas y adoptar enfoques más humanos y efectivos.

Sueño con un sistema de salud que garantice atención de calidad para todos los ciudadanos, especialmente aquellos que viven en las regiones más apartadas y marginadas. La salud es un derecho fundamental que no puede ser negado por motivos económicos o geográficos.

Sueño con una pensión digna para nuestros adultos mayores, que les permita disfrutar de una vejez tranquila y digna después de décadas de trabajo. Nadie debería verse obligado a vivir en la pobreza en su vejez después de haber contribuido al desarrollo del país.

Sueño con condiciones laborales justas y dignas para todos los trabajadores en Colombia, donde el trabajo sea valorado y recompensado adecuadamente. Nadie debería ser explotado o discriminado en el lugar de trabajo.

Soñar es el primer paso para materializar ideas poderosas. Es necesario soñar para cambiar nuestro país y hacer realidad la Colombia que todos anhelamos: una Colombia justa, equitativa y próspera para todos sus habitantes.

Desde mi posición como representante del Pacto Histórico, me comprometo a seguir luchando por estos sueños y trabajar incansablemente para convertirlos en realidad. Juntos, podemos construir un país mejor para todos. Porque en la necesidad de soñar radica la fuerza para transformar nuestro presente y forjar un futuro más prometedor para Colombia y sus ciudadanos.

Alejandro Ocampo

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