Con la reciente aprobación del Área Metropolitana del Suroccidente, los municipios de Cali, Jamundí y Puerto Tejada han dado un paso clave hacia la integración regional. Este avance marca el inicio de una oportunidad histórica para transformar la región, permitiendo abordar retos comunes con soluciones colectivas en áreas críticas como la movilidad, la seguridad y la salud. Sin embargo, este hito plantea una pregunta crucial: ¿cómo materializamos este potencial para que las promesas de integración se conviertan en resultados concretos?
El primer paso será definir las prioridades estratégicas y los recursos necesarios para financiar proyectos que beneficien a los más de tres millones de habitantes de la región. Es indispensable garantizar que el presupuesto se distribuya con equidad, basándose en las necesidades específicas de cada municipio. Cali, como ciudad principal, debe liderar esta agenda aportando no solo su capacidad económica, sino su experiencia técnica para el diseño de proyectos conjuntos. El desafío será asegurarse de que este liderazgo sea inclusivo y que los beneficios lleguen por igual a Jamundí y Puerto Tejada.
En el caso de Jamundí, la coordinación regional se presenta como una oportunidad para enfrentar su principal reto: la seguridad. La integración permitirá compartir recursos y estrategias con Cali para fortalecer la infraestructura de seguridad en un municipio que ha experimentado un crecimiento acelerado, pero desordenado. A la vez, esta unión deberá priorizar un crecimiento urbano sostenible, asegurando que el desarrollo inmobiliario vaya de la mano con inversiones en servicios públicos, movilidad y equipamientos comunitarios.
Por otro lado, Puerto Tejada, históricamente marginado en términos de servicios de calidad, podrá acceder a un modelo de colaboración que transforme su realidad. La mejora en infraestructura sanitaria y el fortalecimiento de redes de atención en salud son objetivos inmediatos que deben cumplirse para cerrar brechas sociales. Asimismo, proyectos de desarrollo urbano, conectividad vial y fortalecimiento social serán clave para integrarlo plenamente al área metropolitana y asegurar que su población se beneficie de manera tangible de esta iniciativa.
Es fundamental que la implementación del Área Metropolitana no se quede solo en planes y promesas. Para avanzar, los tres municipios deberán acordar un plan de acción conjunto, establecer una gobernanza efectiva y definir los mecanismos de financiamiento. Además, es crucial que las comunidades participen en el proceso, no solo como beneficiarias, sino como actores activos que ayuden a priorizar las necesidades y evalúen los avances. Este enfoque colaborativo será la base para garantizar el éxito y la sostenibilidad de la integración regional.
Por último, es importante señalar que los municipios que votaron por NO vincularse al área metropolitana, así como Yumbo, que ni siquiera realizó elecciones, tendrán la oportunidad en el futuro de unirse a este proyecto. Con mandatarios que no estén atados a oferentes de servicios públicos, como el transporte, o que no prioricen intereses políticos particulares sobre el bien común, se abrirá la posibilidad de una integración más amplia. Esto permitiría que toda la región aproveche los beneficios de una gobernanza compartida, reafirmando el verdadero propósito de esta área metropolitana: el desarrollo sostenible y equitativo para todos sus habitantes.
Por: Deninson Mendoza