Colombia ha soportado más de cinco décadas de violencia, y en este año 2024 no estamos ajenos a esta triste historia. Estamos presenciando el fortalecimiento de grupos al margen de la ley que, en muchas regiones de la geografía nacional, se disputan el territorio y el poder de los negocios ilícitos. El desafío que enfrenta el Gobierno es monumental: avanzar en los acuerdos de paz, asegurándose de que los compromisos adquiridos en la mesa de negociación se cumplan. La violencia en Colombia no solo merecen justicia, sino también una reparación integral a la verdad, al perdón y al sometimiento de penas severas.
La seguridad nacional corre riesgos y la paz también. Mientras los diálogos continúan, es fundamental mantener el control territorial y garantizar la seguridad de los ciudadanos. No se puede permitir que los grupos armados sigan expandiéndose y sembrando el caos en diferentes zonas del país. Las fuerzas militares y policiales desempeñan un papel crucial en la contención y debilitamiento de estos grupos, y su trabajo debe estar perfectamente coordinado con el Ministerio de Defensa, los secretarios de seguridad, así como con los gobernantes locales. No obstante, la realidad pareciera ser otra, a pesar de los esfuerzos de la fuerza pública, los actores violentos están tomando ventaja en territorios históricos del conflicto.
La mayoría de los colombianos compartimos un mismo anhelo: vivir en un país donde el miedo no sea nuestro compañero constante, donde las noches no estén cargadas de incertidumbre, y donde salir a la calle o regresar a casa no sea una ruta de zozobra, sino un derecho garantizado y permanente.
Es esencial desmantelar las redes de microtráfico y otros delitos menores que desestabilizan a nuestras comunidades día a día. La paz no será completa hasta que logremos erradicar tanto los flagelos del terrorismo, como los delitos cotidianos que minan la convivencia social.
¿Es tan difícil la paz Colombia?, aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar este ideal. La paz no es una meta sencilla ni de corto plazo, pero con determinación y esfuerzo, es un objetivo alcanzable que todos estamos dispuestos cumplir.