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Jhon Forero

Sin el poder poco es el cambio

Una columna del Portal de Opinión

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Ganar las elecciones implica ganar el poder, es lo que está en el imaginario colectivo, y la verdad no lo culpo si cree eso, total, eso nos han inculcado por décadas, es más con esa premisa nos metieron el frente nacional.

Ahora usted se estará preguntando: ¿entonces como es que se gana el poder?, sinceramente solo sé de dos formas, puede haber más, pero por ahora son las dos conocidas: primero es la toma del poder a la fuerza, aplicada desde hace mucho tiempo y que básicamente se trata de la organización de la sociedad oprimida frente a la sociedad opresora para arrebatarles el poder a sangre y fuego.

Pues bien, esta fue la vía planteada por los grupos insurgentes en Colombia pero claramente esa opción se perdió pese a tener muchos anacrónicos lideres que aún están en las montañas y nadie les ha contado que los 60´s pasaron hace rato, que sus fusiles no le hacen mella al aparato de guerra general que los puede destruir en un instante y que sencillamente o se reinventan o desaparecen, además dicho sea de paso: señores del ELN y cuanto grupo que se sienta insurgente, tenemos un gobierno que busca el dialogo, que puso en la mesa la plataforma social, económica y política por la que supuestamente ustedes se alzaron en armas, ya no jodan más y tomen el camino democrático…

Ahora la segunda forma, es la vía democrática, en apariencia menos sangre, en apariencia mas sencilla, pero que ya en muchas ocasiones ha sido una trampa. Cosa que pueden corroborar Guadalupe Salcedo, la UP, cientos de exmilitantes del M19 y firmantes de la paz de lo que fue las FARC. Entiendo en este punto la desconfianza, salir del monte, y asumir una posición democrática sabiendo de la altísima posibilidad que nada pase porque tanto reaccionario que hay por ahí, se los va a llevar por delante, es una realidad. Pero a esta altura de esta columna le quiero hablar a esa izquierda que no tomó las armas o que ya hizo un proceso y están en la vida civil, usemos las mismas armas que la democracia participativa nos da.

Por muchos años fui un promotor del abstencionismo hasta que entendí que nada iba a pasar con la abstención, el poder va a seguir allí y por no participar estaba otorgándole más poder a ellos. 2022 fue un año del atisbo real de esperanza, lloré de emoción porque al fin ganamos algo en unas elecciones, presidente, un buen numero de curules en senado y cámara, pero que el tiempo nos enseñó que no son suficientes.

Han pasado muchas décadas en las que liberales y conservadores se turnaron el poder, diseñaron el estado y establecieron el statu quo, lo que debe ser según ellos, mientras nos acostumbramos a ser oposición. En ese proceso diseñaron un sistema de gobierno parlamentario negociante, un ejecutivo que para poder avanzar debe negociar con el legislativo y sumado a eso un narcotráfico que en los 90´s cambió las reglas, puso presidente en el 2002 y en adelante se selló el matrimonio de corrupción, narcotráfico y estado.

Han pasado más de 2 años de “tener presidente de izquierda en el poder”, pero no es así, en primer lugar porque Gustavo Petro es un progresista social demócrata y en segundo lugar porque ganar las elecciones y ganar el poder no es lo mismo.

Veamos las cámaras alta y baja, el Pacto Histórico, no logró ser mayoría y al no serlo sus propuestas, sus iniciativas no pasan. Las entidades del estado, todas, están plagadas de cuotas políticas de Uribistas, Duquistas y Santistas, razón que lleva a que muchas iniciativas anden a paso de tortuga.

Además, el poder no es solo lo que logramos ver cuando se ganan elecciones, el poder está en la concentración de los medios de producción, medios de comunicación y monopolio de la energía y ellos, los poderosos de siempre lo han sabido toda la vida. Son dueños de lo que te vas a comer, a poner y a comprar, te dicen con sus medios que debes pensar y como actuar, y como el poder es altamente adictivo, se adueñan del negocio de la energía, no de la generación claro está, sino de monopolizar el reparto, son mediadores y ganan más por eso… acá es donde me pregunto: ¿pero no es la izquierda la que quiere todo regalado?

Como quiera que sea debemos pensarnos el poder, para 2026 ir unidos y alcanzar mas en elecciones, pensarnos el poder desde la producción con la reforma agraria, pensarnos el poder desde los medios alternativos y sobre todo pensarnos el poder desde el conocimiento y la generación de riqueza colectiva, cooperativa y tecnológica. Con que usted empiece a cuestionarse, habremos empezado por buen camino.

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