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Rubén Darío Lizarralde

Reforma, consulta y democracia: señales de alarma

Una columna del Portal de Opinión

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No podemos perder el país, pero vamos camino hacia ello. De hecho, si se desconoce al Congreso de la República y se expide un decreto convocando a una consulta popular, ¿Qué se configura? Un acto hacia la dictadura. Hoy estamos perdiendo el tiempo en discusiones de si hay que aprobar la reforma laboral que acabará con el empleo formal, para evitar el decreto de la consulta popular de Petro.

¿Con reforma o sin reforma laboral habrá consulta popular? No nos quede la menor duda de ello. Y hago un llamado al Senado de la República para que no apruebe una reforma laboral que solo va a beneficiar a una parte de los trabajadores y que dejará en muy mala situación a los trabajadores informales de las pequeñas y microempresas. Necesitamos otro tipo de reforma laboral que acabe con la informalidad que hoy está en cerca del 60%.

Si se aprueba la reforma laboral, se aprobaría por parte del Congreso una reforma que no aporta a la justicia social. De todas formas, el señor Petro reivindicaría esta aprobación como una conquista suya y avanzaría hacia una consulta popular demagógica que no sabemos dónde va a terminar. Sin tener las mayorías desde el principio del gobierno, Petro ha avanzado con el apoyo de muchos congresistas de todos los partidos.

Por ejemplo, logró la aprobación de la reforma tributaria que hoy tiene postrados a los trabajadores y empresarios colombianos, ilimitada la inversión extranjera. De todas formas, el insaciable Petro se queja todos los días de la oligarquía política y empresarial. Advierte al país y al extranjero de que le quieren dar un golpe blando y hoy nos conmueve frente a la posibilidad de un atentado contra su vida.

Pero ¿qué podemos decir los colombianos demócratas frente a la firma del decreto convocando a la consulta popular? Decir nada, porque lo que digamos se quedará en el aire. Tenemos que hacer y mucho. Los tanques de pensamiento demócratas, como el Instituto de Ciencia Política, la Corporación Pensamiento Siglo XXI, Nueva Democracia, Libertank, Derecho Justo, Centro de Estudios Colombianos, Principio y Fin, Visión Colombia, Plan Marcha, Libremente, Únete, Mejorasi, etc.

deberían empezar a organizar intervenciones sistemáticas en foros y spaces, además de actuaciones jurídicas en organismos nacionales e internacionales. Llegó el momento que, sin intereses políticos ni acompañando intereses personales, nos tomemos las calles expresando pacíficamente nuestro sentimiento democrático por la defensa de la continuidad de nuestro sistema. Hagámosle saber a las fuerzas militares y de policía que son parte fundamental de la democracia y que su lealtad es indispensable en la preservación de esta.

No perdamos más tiempo. Trabajemos todos por un solo propósito, salvar la democracia y recuperar a Colombia.

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