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Diana Andrade

Paro legislativo ya

Una columna del Portal de Opinión

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Después de los todos los escándalos que han involucrado al gobierno en las últimas semanas, el presidente Petro puso un mensaje en su red social de X en la últimos días con el cual pretendía matizar la responsabilidad de su gobierno y de los funcionarios que ha nombrado, en el que textualmente decía: “… No defiendo a nadie, no soy Duque, el que la haga se va.” Una de sus más fervientes seguidoras, que se ha caracterizado siempre por defender las posturas ideológicas de la izquierda y más específicamente las políticas públicas profesadas por el petrismo respondió, con cierto hartazgo por todo lo que está pasando en el país: “Se va pero… a una embajada y otros se van pero ya (sic) ha robado bastante y vos mismo los pones en el cargo”.

Aunque esta parece una más de las muchas interacciones impetuosas que abundan a diario las redes sociales, se revelan dos componentes dignos de análisis en consideración a la coyuntura política que vive el país. La primera, cómo el petrismo y la izquierda, aunque no lo quieran aceptar,  a cuenta gotas, siguen desangrando su capital político. Sus electores, por leales e incondicionales que sean, no son tontos y entienden que la cantidad de escándalos y de pruebas contundentes que involucran a los funcionarios del más alto nivel, no pueden obedecer exclusivamente a una estrategia de la oposición, ni al “golpe blando” con el que ha pretendido victimizarse el presidente. Presumiendo la total ignorancia de Petro de todo lo que sucedió con los carrotanques de la Guajira, por ejemplo, fue él quien nombró los funcionarios involucrados, es él el jefe de estado y sobre quien recae la responsabilidad de lo que sucede. El capitán del Titanic estaba durmiendo cuando el barco se estrelló, sin embargo, eso no lo excusó y por eso asumió su responsabilidad en la tragedia, algo que Petro no ha querido hacer en ninguno de los escándalos. El segundo componente, aún más grave y con mayores consecuencias, es que acá no pasa nada. Armando Benedetti admite manipulación de dineros, tráfico de votos y juego sucio electoral y Petro lo pone de embajador. Laura Sarabia, bien gracias, con más poder que antes. Roy Barreras disfrutando de la delegación diplomática en el Reino Unido y así, muchos otros casos.

Ahora bien, dos exfuncionarios del gobierno que renunciaron a sus cargos hace tan solo unos meses, declaran abiertamente en medios de comunicación, con periodistas, por redes sociales, hablan con nombres propios acusando a los corruptos, detallan fechas, montos, modus operandi, móviles, intenciones y acá no sucede nada. Los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes, siguen sentados en los estrados de ambas corporaciones, sin el más mínimo atisbo de vergüenza o dignidad, legislando, ejerciendo sus funciones, como si acá nada pasara ¿Con qué autoridad moral, ética y jurídica se siguen promoviendo leyes y proyectos de ley desde el legislativo cuando hay una sombra de corrupción tan evidente y tan grande sobre las dos cabezas visibles de la corporación legislativa más importante del país?

En realidad, todo lo que sucede carece de sentido, adolece de legitimidad, desde cualquier ángulo. No sólo la estabilidad democrática y política del país penden de un hilo, sino la validez moral, ética y hasta jurídica de todo cuanto se está debatiendo en el Congreso de la República en este momento. Promover leyes y proyectos de ley con semejante investigación en curso perturba los pocos visos de legalidad en todo cuanto se discute en el recinto. Es por estas razones es que debería iniciarse, como lo han propuesto algunos, un paro legislativo hasta tanto los presidentes de las corporaciones se aparten de sus cargos.

Esto no obedece a una posición política, es simplemente una medida de sentido común y sana lógica, ¿cómo puede seguir operando el Congreso de la República, cuando dos altos exfuncionarios, escogidos y nombrados por el presidente, están acusando a sus presidentes y hasta al ministro del interior de hacer parte por activa o por pasiva de un entramado de corrupción para presuntamente favorecer los proyectos del gobierno? ¿Cómo es posible que el ministro del interior esté más al pendiente del proyecto de ley de los toros que de la situación de violencia que atraviesa el país como en el territorio del Cauca, donde afirman que solo ven al ministro -en su tierra- en época electoral? ¿Cómo es posible que continúen en el cargo el ministro del Interior, Salud y Defensa con tantos escándalos que reposan en sus hombros?

Los Colombianos pedimos #ParoLegislativoYa a todos los proyectos de ley del gobierno.

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