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Juliana Palacio

Incoherencia, el octavo pecado capital

Una columna del Portal de Opinión

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Para entrar en contexto definamos la palabra “Incoherencia” que según la RAE significa “Cosa que carece de la debida relación lógica con otra”, comportamiento que vemos en repetidas ocasiones en todos los aspectos de nuestra vida diaria. 

Y para describirlo mejor, citemos varios ejemplos: el primero, es el apoyo de muchas de las activistas feministas a los grupos islámicos en Palestina e Irán, donde sabemos que a las mujeres se les han cercenado sus derechos por completo. O que me dicen de los integrantes de la comunidad LGBTIQ+ usando camisetas del Ché Guevara, un homófobo que encerró, torturó y fusiló a cientos de homosexuales. 

Pero bueno, no me voy a enfocar en la incoherencia de esos grupos ideológicos, que a diario es evidente; prefiero hacer mención de la incoherencia del gobierno actual colombiano, cuyos ejemplos son tantos que esta columna no basta para enumerarlos. 

Por ejemplo, en el ámbito político donde tienen la bandera y el discurso de la “igualdad de género”, pero en la terna para escoger Fiscal General ternaron tres mujeres, y uno se pregunta, ¿dónde está la igualdad de género? Si fuera una intención igualitaria, esa terna debió tener por lo menos representatividad de un hombre. 

Hablan del respeto al trabajador, mientras vemos que a los empleados de los funcionarios del gobierno no se les paga ni siquiera la seguridad social, además son sometidos a pruebas tortuosas, propiamente haciendo referencia al tan mencionado caso de Marelbys Mesa, y no solo eso, la masacre laboral que estamos viviendo a causa de una crisis económica que está afectando a todos los gremios. 

Exigen respeto hacia las mujeres, pero al mismo tiempo nombran en cargos públicos a personajes como Hollman Morris, el cuestionado Gerente de RTVC ¿No es acaso él, quien presuntamente tiene múltiples denuncias por violencia de género? 

Dicen no tener recursos para poder así justificar una nueva reforma tributaria, pero al mismo tiempo crean un nuevo ministerio llamado “Ministerio de la Igualdad” manejado por la misma Vicepresidente Francia Márquez, donde impera la burocracia, y que sólo ha ejecutado el 0.14% de su presupuesto. 

Siguiendo con los ejemplos, cómo olvidarnos del famoso “Impuesto Saludable”, donde fueron gravados varios alimentos de la canasta familiar, supuestamente para evitar problemas de salud, encareciendo así la vida de los colombianos mientras simultáneamente aprueban y discuten proyectos de ley para legalizar el uso recreativo de las drogas. ¿Será que creen que el uso de drogas no acaba con la vida y el bienestar de las personas? 

O qué me dicen de la actual Ministra del Medio Ambiente, que saca un decreto para acabar con toda la minería legal, la misma que genera empleos y progreso para las regiones siendo responsables totalmente con el medio ambiente, pero omite un control sobre aquellas zonas explotadas por mineros ilegales que son los que verdaderamente están contaminando nuestros recursos hídricos; no solo eso, el abandono total de nuestros bosques, que hoy son talados por grupos criminales para poder expandir el cultivo de coca. 

Y el más reciente de los ejemplos, la crítica del petrismo a la marcha del pasado domingo 21 de abril, donde se ha querido estigmatizar, como violenta, la protesta pacífica de muchos colombianos. ¿Será que se olvidaron de los paros patrocinados y promovidos por la misma izquierda? Recordemos que en ellos se bloquearon carreteras, saquearon establecimientos comerciales, obstruyeron el paso de ambulancias (en una de ellas falleció un bebé), quemaron CAIS, atentando contra la vida de muchos policías, destruyeron bienes públicos y hasta cegaron la vida de un motociclista, víctima de un cable atravesado por los violentos manifestantes.  

Y lo peor, tenemos un presidente que se preocupa más por figurar como mediador en los conflictos y la guerra del Medio Oriente, mientras tiene en el total olvido al departamento del Cauca, donde los grupos criminales actualmente son dueños y señores de la región. 

Y bueno, no podía dejar en el tintero uno de los ejemplos que muchos vemos en la sociedad, como el tío petrista que vive en Estados Unidos gozando de las mieles del capitalismo y de la libertad, mientras apoya la destrucción de nuestra democracia. Si tanto le gusta el comunismo y el socialismo ¿Por qué no eligió vivir en países como Cuba, Venezuela o Nicaragua? 

Al final no sé cómo llamar este comportamiento humano tan absurdo, ¿será una doble moral? ¿será cinismo? Todo por tratar de encajar ideas y comportamientos para justificar lo injustificable, ¿será que estamos entrando en una debacle donde la intención es invertir los valores y hacerle creer a la gente que lo bueno es malo y lo malo es bueno? 

Juliana Palacio

Abogada, opinadora y activista en contra del gobierno de Gustavo Petro

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