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Juan Diego Gómez

Es el futuro de Colombia el que está en juego.

Una columna del Portal de Opinión

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Yo sé que muchos de nuestros seguidores y a muchos ciudadanos les encantaría que simplemente uno tomara un micrófono y se dedicara a atacar al presidente Gustavo Petro, a su familia. ¿Temas personales? No, lo que yo creo es que la responsabilidad que tenemos los ciudadanos hoy es lograr entender cuáles son las estrategias que está utilizando la izquierda, en cabeza, por supuesto, de su presidente Gustavo Petro, acompañado de otros sectores que lo rodean, sectores que están hoy al interior del gobierno, sectores que están hoy también alrededor de organizaciones sociales y que hacen eco y celebran estas iniciativas que el gobierno propone.

Por eso la propuesta es que trabajemos en un proceso de reconciliación. La sociedad colombiana necesita reconciliarse. Necesitamos todos los ciudadanos colombianos, buscar una forma de cuidar la democracia. En Venezuela no lo creían y cuando la perdieron, entendieron la importancia que tenía la libre empresa, la seguridad, el control, el empleo, la prosperidad económica, el crecimiento económico, la inversión extranjera directa e indirecta, la inversión nacional.

También en muchos casos la gente se está llevando sus capitales a otros países para simplemente protegerlos, convirtiéndolos en monedas duras. Esto requiere que entre todos construyamos una propuesta del País que queremos, una Colombia próspera, una Colombia con seguridad jurídica para invertir, una Colombia en la que nuestros soldados y policías tengan el cuidado, la protección, la respuesta positiva y el afecto de los ciudadanos, en las zonas urbanas y en las zonas rurales. Una Colombia que proteja también los derechos humanos, una Colombia que se oponga rotundamente al narcotráfico y a la proliferación de grupos armados ilegales que cada vez quieren copar más el territorio.

Es una vergüenza ver cómo en el departamento del Cauca distintos sectores de las disidencias de las FARC o de la nueva Marquetalia, del ELN, atacan y asesinan a nuestros soldados y policías. Esto no puede pasar. Esto sí ameritaría que saliéramos todos a la calle en una gran manifestación, en una marcha blanca, a decirle no a los violentos y exigirle a las fuerzas militares, al Ejército, a la Policía Nacional, a la Armada, a la Fuerza Aérea, que se pongan la camiseta de Colombia, que protejan a los ciudadanos, que protejan nuestros bienes, nuestra vida, nuestra honra, nuestras familias, que protejan a nuestros campesinos, que protejan también nuestra Constitución y nuestras instituciones, porque lo que al final estamos poniendo en riesgo no es solo una posible reforma constitucional como lo plantea el Presidente, sino que estamos poniendo en riesgo el país entero, el futuro de nuestras familias y el futuro de nuestros hijos.

Por eso, desde acá en esta columna los quiero invitar hoy para que todos unidos construyamos y busquemos la manera de decirle no a lo que sucede en el país. Que nos manifestemos, que expresemos ese inconformismo en todo lado, que promovamos esta situación con nuestros vecinos, nuestros amigos, en las tertulias familiares, con los compañeros de estudio, con los compañeros de trabajo, con los empleados, si usted es un empresario, si es un comerciante, hágalo con toda la gente que lo visite, porque lo que nos debe preocupar hoy, es el riesgo enorme que corre nuestro país, nuestra economía, el sistema pensional, el sistema de salud.

Todas estas reformas que se plantean desde distintos sectores de la izquierda y en las cuales el presidente simplemente lleva la vocería, demuestran que todo el tiempo se está tratando de provocar a la oposición con la intención de generar ataques personales, ataques a su familia, para que desvíen la atención y desvíen la comunicación, mientras él sigue haciendo lo necesario para deteriorar nuestras instituciones. Por eso, la reflexión que hoy hago, es que esto no se trata solamente de las próximas elecciones del Congreso del año del 2026, no se trata solamente de las próximas elecciones presidenciales, se trata en sí, del futuro de Colombia, que es el que está en juego y nosotros no podemos quedarnos de brazos cruzados.

Juan Diego Gómez Jiménez

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