Es vergonzoso lo que está pasando en el vecino país, sin pudor alguno, de manera grotesca y ante los ojos del mundo entero, se quieren robar los resultados electorales y una vez más, voltear las elecciones en este país.
El Consejo Nacional Electoral de Venezuela es cómplice del robo más grande de la historia, con un sistema dizque modelo. En materia electrónica hicieron desaparecer más de 4 millones de votos en pocas horas y los repartieron de manera aleatoria entre los ocho partidos minoritarios en contienda, con el 4.6% para cada uno, que extraña coincidencia.
La cosa es tan diciente que hubo puestos de votación en los que Nicolás Maduro no sacó ningún voto, contra una diferencia de 900 ó mil votos que sacaba Edmundo González en cada puesto de estos.
Exit Poll, quien elabora un sondeo a boca de urna, daba un resultado de aproximadamente el 70% de los electores a favor de Edmundo González, contra un pobre 30% a favor de Nicolás Maduro, situación que reivindicaba todo lo que las encuestas venían diciendo reiteradamente.
Se queda uno sin palabras ante semejante atropello a la democracia, máxime cuando un integrante del equipo de conteo del CNE publicó una foto selfie en la que atrás de él, aparecen las pantallas mostrando una aplastante victoria de Edmundo González sobre Nicolás Maduro.
Ahora bien, como colombiano y demócrata, lamento profundamente que esto haya sucedido. Es un hurto a la democracia y a la confianza del pueblo venezolano. Es fundamental que el gobierno colombiano en cabeza del Presidente de la República o el canciller, se pronuncien al respecto; Como país, no podemos guardar silencio cómplice y mucho menos patrocinar que ese golpe de Estado como lo han llamado algunos, o que ese robo a la democracia, se materialice en lo que ha sido en los últimos años una dictadura en el vecino país.
