Desnudemos la realidad del desempleo en Colombia, porque aquí cada vez hay menos que hacer
Los tres indicadores clave, nos lo dicen, la tasa de desempleo ha aumentado en 1.3%, la tasa de ocupación ha disminuido en 1.2%, y la fuerza de trabajo ha aumentado en 190 mil personas.
¿Cómo se lee esto? Hay más gente esperando a emplearse, porque han terminado sus estudios académicos en los colegios o universidades, población migrante o desplazamiento interno por el conflicto armado, o también mujeres que terminan actividades del cuidado y del hogar y quieren ingresar al mercado laboral.
Donde estamos fallando como Estado, en la baja ejecución en la inversión pública, la no continuidad de las políticas de fomento de empleo, el poco apoyo a los emprendedores y la falta de capacitación desde los colegios y las universidades a los modelos de negocio. El sector privado, no se queda atrás, hoy, según Fedesarrollo y el Dane, el índice de confianza del consumidor ha disminuido, como resultado en la incertidumbre por el rumbo político y las nuevas reformas sociales que hacen trámite en el Congreso, llevando a que la inversión se frene y se siga deteniendo la generación de puestos de trabajo.
Revisemos lo que dijo el DANE hace unos días, en comparación con el 2023, hay 339 mil personas más desempleadas en el país, algo así como si todos los habitantes de ciudades como Pasto, Neiva o Armenia, estuviera totalmente desocupados, como si estuvieran todos en el parque jugando cartas, dominó o parqués. Pero y entonces, ¿qué están haciendo los gobiernos para contrarrestar esta situación?
Hay medidas y algunas salidas, pero no están siendo implementadas con la debida celeridad. Un ejemplo, es la reducción del 1.2% en la población ocupada en el sector rural; pero de manera preocupante, la última alerta emitida por la Contraloría revela una baja ejecución presupuestal en el sector agrícola, que cuenta con un presupuesto de 9.2 billones de pesos, sin embargo y sorprendentemente, solo se ha ejecutado el 2.6% de este presupuesto en inversiones, mientras que el 14% se ha destinado al funcionamiento administrativo. Esto indica que los recursos destinados al campo están siendo absorbidos por la burocracia estatal en lugar de ser utilizados para proyectos que beneficien directamente a las zonas rurales.
Ahora, si en el sector rural llueve, en el de la construcción no escampa, la disminución en ventas de vivienda de interés social, supera el 30%, y esto impacta directamente en la pérdida de 73 mil empleos en el sector durante el último año, en un país dónde hay suficiente demanda de vivienda no deberían estar perdiéndose puestos de trabajo en construcción. Así las cosas, 1 de cada 5 empleos perdidos en Colombia, están en este sector.
Y hablando de experiencias conocidas, Bucaramanga en lo corrido de este año según información del DANE, ha vuelto a tasas de desempleo de dos dígitos, lo que traduce en la pérdida de 18 mil empleos en sectores como transporte y almacenamiento, sector público, manufactura y construcción.
Y hablando de experiencias, después de pandemia Bucaramanga, también estaba en dos dígitos en las cifras de desempleo y de manera especial, mujeres y jóvenes, por encima de la media nacional; cómo enfrentamos este reto, duplicando los ingresos tributarios y triplicando la inversión pública, eso nos permitió llegar a tener tasas negativas en brecha de género, es decir las mujeres trabajando más que los hombres y siendo la ciudad en Colombia con menor tasa de desempleo para los jóvenes. Bucaramanga logró liderar por dos años consecutivos, el menor registro de desempleo en Colombia, siendo esta de un dígito, durante 2022 y 2023.
Las acciones urgentes que se deben tomar a nivel nacional, se resumen en la ejecución del presupuesto , es decir, movilizar recursos hacia la inversión directa en infraestructura, reactivar el sector vivienda, y hacer apuestas decididas para que los planes de desarrollo nacional se materialicen.
Hoy están en curso en concejos y asambleas, la aprobación de los nuevos planes de desarrollo territoriales, alcaldes y gobernadores, no pretendan medidas cortoplacistas, sería relevante incluir políticas públicas de generación de empleo formal, de manera que estas trasciendan las vanidades políticas y los cálculos electorales.
La información es clara, las acciones deben ser contundentes, se debe gobernar haciendo, no diciendo, tanto en el nivel nacional, como en el nivel local.
Juan Carlos Cárdenas