El mercado laboral en Cali atraviesa un momento de fragilidad. Durante el trimestre noviembre 2024-enero 2025, la tasa de desempleo alcanzó el 10,6%, con una pérdida de 13 mil empleos en términos anuales. Aunque la cifra sigue por debajo de los niveles de prepandemia, preocupa la reducción de la fuerza de trabajo y el aumento de la inactividad laboral, que sumó 36,5 mil personas más fuera del mercado. Este fenómeno afecta especialmente a las mujeres, muchas de las cuales han optado por dedicarse a labores domésticas ante la falta de oportunidades. Sin embargo, más allá de las cifras, Cali ha demostrado ser una ciudad resiliente con una capacidad única para reinventarse.
A lo largo de su historia, nuestra ciudad ha demostrado que su mayor fortaleza es su gente: emprendedora, resiliente y con un espíritu innovador que ha impulsado la economía en momentos de crisis. Este es el momento de aprovechar ese ADN caleño para fortalecer el ecosistema de empleabilidad. ¿Cómo? Apostando por la educación como motor de cambio, impulsando el emprendimiento como alternativa de generación de ingresos y promoviendo la formalización laboral para mejorar la calidad del empleo. La clave no solo está en contar con políticas públicas efectivas, sino en construir una cultura de oportunidades donde el talento caleño pueda florecer.
Especial atención merece la tasa de desempleo juvenil, que se disparó al 19%, reflejando las barreras estructurales que enfrentan los jóvenes para ingresar al mundo laboral. Sin acceso a empleos formales ni incentivos para la contratación de nuevos talentos, muchos terminan en la informalidad o simplemente desisten de buscar empleo. La ciudad necesita fortalecer programas de capacitación y formación alineados con las necesidades de los corporativos y el mercado laboral en general, generando estrategias para conectar a los jóvenes con oportunidades reales. Hoy programas como Valle Emplea y de primer empleo de la Gobernación y de la Alcaldía, se enfocan en solucionar estas brechas.
A pesar del panorama desafiante, algunos sectores han mostrado signos positivos. Cinco de las trece ramas productivas registraron crecimiento en el empleo, con un desempeño destacado en actividades profesionales y en el sector financiero. Esto indica que hay espacio para fortalecer la generación de empleo en sectores estratégicos con alto potencial de desarrollo. Además, un dato alentador es el aumento de más de 14 mil personas que han ingresado a estudiar en la ciudad. Además hay que aprovechar las herramientas tecnológicas y la innovación para encontrar soluciones y conectar demanda y oferta.
Otro factor determinante en la recuperación del empleo es la inversión pública. Los gobiernos central, departamental y local juegan un papel clave en la dinamización de la economía a través de proyectos de infraestructura, inversión social e iniciativas públicas que generan empleo directo e indirecto. Parte de los ingresos de muchas familias provienen de estos proyectos, que no solo generan ocupación en el corto plazo, sino que también tienen un impacto positivo en la productividad y el desarrollo de la ciudad. Cuando estas inversiones se ejecutan de manera eficiente y estratégica, pueden convertirse en un motor real de crecimiento para la economía local.
Para consolidar una recuperación sostenible, es fundamental adoptar medidas que impulsen la formalización del empleo y fomenten la inversión productiva. La Gobernación del Valle, la Alcaldía de Cali, la Cámara de Comercio de Cali y las Cámaras de comercio de la región trabajan unidas, con gremios, asociaciones y la sociedad civil, construyendo y ejecutando iniciativas que como NIDO el Distrito de Innovación e IA del Valle, están buscando procesos formativos hacia las nuevas ocupaciones, buscando talento TI y llevándolos a las Mipymes y a los corporativos, además fortaleciendo un ecosistema que desde la base tecnológica será un impulsor de la economía de Cali y el Valle del Cauca.
Deninson Mendoza