Después de la COP16, Cali enfrentará varios retos económicos que requerirán una planificación estratégica para aprovechar las oportunidades que trae consigo este evento. Uno de los desafíos principales será la sostenibilidad del impulso turístico y económico generado por la cumbre. Aunque la ciudad ha preparado su capacidad hotelera con más de 20,000 camas disponibles (entre camas de hoteles y plataformas) y ha integrado a municipios cercanos para soportar la demanda, Cali sigue estando detrás de otras ciudades como Bogotá, Medellín y Cartagena en términos de infraestructura hotelera, lo que limita su competitividad para eventos de gran escala.
La competencia con otras ciudades de América Latina, como Ciudad de México, Buenos Aires y Lima, también representa un desafío. Estas urbes han invertido considerablemente en su infraestructura turística y hotelera, consolidándose como destinos recurrentes para grandes eventos. En comparación, Cali necesita fortalecer su oferta de alojamientos de alta gama y servicios corporativos para atraer más turismo internacional y eventos de relevancia global.
La seguridad es otro factor crítico. La tasa de homicidios en Cali es considerablemente alta en comparación con el promedio nacional, lo cual puede afectar la percepción de los turistas y delegaciones. Es esencial mejorar la seguridad en las áreas donde se desarrollarán las actividades de la COP16 y en los principales corredores turísticos. Esto no solo garantizará una experiencia segura para los visitantes, sino que también mejorará la imagen de la ciudad a largo plazo.
Además, la ciudad debe considerar la conectividad aérea como una prioridad. Aunque el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón ha mejorado sus servicios, se requieren más vuelos directos y mejores conexiones internacionales para competir con otros destinos de la región. La inversión en infraestructura de transporte y servicios aeroportuarios será clave para facilitar el acceso a futuros eventos internacionales.
Los próximos años traerán oportunidades, como los Juegos Panamericanos y otros foros internacionales. Sin embargo, para consolidarse como un destino atractivo, Cali deberá seguir invirtiendo en infraestructura turística, mejorar la calidad de los servicios y adoptar políticas que fomenten la inversión privada en el sector hotelero y turístico.
En conclusión, la COP16 no solo plantea retos inmediatos para Cali, sino que también puede ser un catalizador para el desarrollo económico a largo plazo si la ciudad aprovecha esta oportunidad para fortalecer su infraestructura, seguridad y conectividad. El trabajo coordinado entre el gobierno, la empresa privada y la comunidad será fundamental para transformar estos desafíos en ventajas competitivas sostenibles.
Por: Deninson Mendoza
