En una declaración que ha causado impacto, un exdirectivo de la multinacional Drummond confesó la presencia de grupos paramilitares dentro de sus operaciones mineras desde 1999. Este testimonio, revelado en el marco de investigaciones judiciales, señala que estas organizaciones habrían operado en colaboración con la compañía para garantizar la seguridad en las zonas de extracción.
La confesión añade un nuevo capítulo al historial de denuncias contra Drummond, que ha sido cuestionada anteriormente por supuestos vínculos con actores armados ilegales en Colombia. La Fiscalía evalúa las implicaciones legales y éticas de estas revelaciones, mientras que organizaciones de derechos humanos han exigido que se esclarezcan los hechos y se repare a las víctimas afectadas por la violencia en la región.
Este caso pone nuevamente en el foco la relación entre las empresas extractivas y el conflicto armado en Colombia, dejando abierta la discusión sobre el impacto de estas dinámicas en las comunidades locales y la responsabilidad de las multinacionales en contextos de violencia.
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