Recuerdo que hace unos 20 años, media Colombia acudió masivamente a retirar los fondos de sus cuentas del Banco Davivienda, como consecuencia de un mensaje que se viralizó y que difundía la inminente quiebra de la entidad financiera. En medio de las filas interminables, las entidades de control y el gobierno nacional pudieron comprobar que todo se trató de un mensaje mal intencionado que sólo buscaba generar pánico y perjudicar al banco. En ese momento, muchos descubrimos que esa situación no sólo era una mala broma, sino que era un delito debidamente tipificado en el código penal: pánico económico.
Seguramente el causante de la situación fue juzgado y condenado por la comisión del delito, como establece la ley. Lo que parece incomprensible ahora, en pleno 2024, es que el presidente del país, la máxima autoridad gubernamental, exprese libremente a la opinión pública, predicciones ambientales sin fundamento técnico, en las cuales asegura que en marzo de 2025, el sistema de Chingaza en Bogotá estará en nivel 0 de almacenamiento de agua para la capital de Colombia. Tanto la Alcaldía, como la UNGRD han desmentido tal predicción, aún con ausencia total de precipitaciones a partir de ahora, situación muy poco probable y que en históricamente nunca ha pasado en la región.
No obstante el sin sentido de esta declaración, el presidente sumar pánico a la escena diciendo que, en ese caso, utilizará a las fuerzas militares para desplazar a los habitantes de la capital por ausencia de agua, una desproporción total, si generar pánico económico es un delito, el pánico ambiental y social debería ser el doble, venga de quien venga. Sin tener en cuenta además, que el pasado 1o de Julio la planta de tratamiento Tibitoc, por medio de las obras de modernización y ampliación lograron surtir agua desde la parte alta del río Bogotá y Teusacá a esta cuenca hidrográfica.
Ya es costumbre del presidente generar pánico o por lo menos caos con sus declaraciones, pues al advertir que evacuará a poco más de 9 millones de habitantes de Bogotá por medio de la fuerza pública, así como si nada, es un absurdo que solo cabe en su imaginación. Qué me dicen de las declaraciones en las que se compromete a comprar hoja de coca, mientras los lecheros del país piden a gritos ayuda, donde los campesinos que cultivan yuca o arracacha están produciendo a ganancia cero y pagando créditos con altas tasas de interés.
Presidente…Deje de llamar al caos que de por sí, el país en su gobierno va muy mal.