Este año, el Congreso de la República, bajo la dirección del presidente del Senado, el Dr. Efraín Cepeda, enfrenta uno de los mayores desafíos del gobierno del presidente Gustavo Petro: decidir si aprueba o rechaza la reforma tributaria, la reforma a la salud y la reforma laboral. El Dr. Cepeda deberá alcanzar un consenso con todos los congresistas y sus respectivos colectivos políticos para tomar la mejor decisión en beneficio del país y sus ciudadanos.
En medio de un panorama político agitado y lleno de desafíos, el Congreso se encuentra ante decisiones trascendentales que definirán el rumbo de Colombia en los próximos años. Una de las más importantes es la reforma tributaria, de alrededor de 12 billones de pesos, impulsada por el gobierno de Petro. Sin embargo, el presidente del Congreso ha dejado claro que esta no es una decisión que deba tomarse a la ligera ni aprobarse sin un riguroso análisis. Esta postura refleja una preocupación legítima por mantener el equilibrio de poderes y respetar el papel del Congreso como garante de la democracia.
La propuesta del Ejecutivo ha generado inquietud entre los congresistas, quienes se han visto presionados para aprobar una reforma sin conocerla en su totalidad. A esto se suma que el año pasado se registró la peor ejecución presupuestal en dos décadas, lo que aumenta la desconfianza y resalta la necesidad de un análisis minucioso y exhaustivo de los nuevos proyectos. No se trata únicamente de una cuestión financiera; es, ante todo, una cuestión de transparencia y responsabilidad en la gestión de los recursos públicos. El Congreso no puede ser visto como un mero trámite administrativo para aprobar reformas del Ejecutivo, sin la deliberación y el consenso necesarios que demanda una democracia saludable.
Esta situación subraya también la necesidad de respetar el rol independiente del Congreso. En una democracia, cada poder tiene una función específica y un propósito claro. El Congreso no es una extensión del Ejecutivo, sino una entidad autónoma cuyo deber es representar a los ciudadanos y actuar como contrapeso frente a las demás ramas del poder. Sin este equilibrio, se corre el riesgo de distorsionar el sistema democrático y tomar decisiones apresuradas que no necesariamente reflejan el interés general de la población.
Por otro lado, el presidente del Congreso ha destacado la importancia de mantener un diálogo abierto, transparente y respetuoso con el gobierno, pero sin ceder en la independencia que caracteriza su labor. Durante el gobierno de Gustavo Petro, el Colectivo del presidente del congreso ha acompañado y apoyado con el Ejecutivo en iniciativas clave como el Acuerdo de Escazú, el Plan de Desarrollo, la primera reforma tributaria y la reforma agraria. Sin embargo, la reciente presentación de la ley ordinaria agraria ha encendido las alarmas en diversos sectores. Entre los temas más preocupantes está el fantasma de la expropiación, que, según algunos, amenaza con reavivar antiguos temores y debates sobre la propiedad privada en el país.
Ante estos desafíos, el presidente del Congreso insiste en que la concertación y el diálogo deben ser los principios rectores de cualquier acuerdo. La democracia no se construye mediante imposiciones o decisiones unilaterales, sino a través de la negociación, el consenso y la búsqueda del bien común. La tarea del Congreso no es simplemente aprobar o rechazar propuestas, sino enriquecerlas mediante el debate, el análisis riguroso y la participación activa de todos los actores políticos.
Para lograrlo, es crucial mejorar la calidad de los debates dentro del Congreso. La confrontación no debe ser personal ni descalificadora, sino política y constructiva. En este sentido, el presidente del Congreso ha hecho un llamado a sus colegas para que centren sus discusiones en los temas de fondo, dejando de lado las rencillas personales que solo sirven para polarizar aún más el ambiente político. La democracia se fortalece con ideas, argumentos y propuestas sólidas, no con ataques ni divisiones internas.
En un escenario donde se avecinan nuevas reformas y desafíos. el presidente del Congreso su visión es la de una democracia amable y respetuosa, donde el Congreso mantenga su misión fundamental de representar al pueblo, supervisar al gobierno y asegurar que todas las decisiones se tomen en beneficio de la nación.
Es momento de que el Congreso reafirme su independencia y su compromiso con la deliberación democrática. El camino hacia un país más justo, equitativo y próspero no pasa por aprobar leyes sin discusión ni debate, sino por construir acuerdos sólidos y sostenibles que reflejen el verdadero interés de todos los colombianos. En esta coyuntura, el papel del Congreso es más crucial que nunca: ser un espacio de diálogo, de respeto y de construcción democrática, dejándonos así una frase del presidente del congreso “el congreso es el camino o el camino es el congreso “.