Esta semana en Colombia ha ocurrido un hecho histórico: por unanimidad el Congreso aprobó en primer debate de la Comisión Quinta de Senado y con la concurrencia de otras iniciativas de congresistas con líneas políticas diferentes, el proyecto de Ley 085 de 2023 para la gestión integral de residuos sólidos.
Un logro que comparto con todo el equipo de ASOCAPITALES con el que trabajamos desde el 2022 cuando presidí esta entidad, y que en 2023 reforzamos, con el apoyo de congresistas de diferentes regiones del país, en especial de Santander, alcaldes y Gobierno Nacional.
Este proyecto de ley tiene todos los argumentos técnicos, jurídicos y financieros para que sea una realidad. Su principal propósito es evitar que los rellenos sanitarios sigan siendo la joya de los corruptos y politiqueros para hacer negocios particulares y recibir “porcentajes de éxito”; y que empiece a ser una realidad para el beneficio de la sociedad y, principalmente, del planeta en la coyuntura del cambio climático que estamos atravesando.
Impactará a todos los colombianos, promoviendo la implementación de nuevas tecnologías para el tratamiento de residuos, regulando y formulando marcos tarifarios y dejando las reglas de juego claras para su creación, así como un trabajo mancomunado con los trabajadores formales para un mayor aprovechamiento de residuos y poder avanzar en las posibilidades que nos brinda la economía circular: nuevos ingresos, nuevos empleos.
Los basureros a cielo abierto o rellenos sanitarios no pueden seguir siendo unas cajas negras en Colombia que abren puertas a la corrupción.
Ante una problemática local, aparece una solución nacional; es decir, luego que un fallo judicial decretara el cierre definitivo del relleno sanitario El Carrasco de Bucaramanga, y que ningún otro municipio ni sus habitantes deseen una iniciativa de recibir residuos sólidos, era necesario una solución integral entre los gobiernos nacional y local. A partir de esta problemática nace la idea de transformar los rellenos sanitarios actuales a parques tecnológicos ambientales, aprovechando la disposición de residuos existentes. Luego, a partir de esta realidad es ASOCAPITALES, con quien lideramos esta iniciativa que hace trámite en el Congreso.
En cinco años, Colombia podría verse envuelta en una crisis sanitaria sin precedentes, incluso peor que la generada por el COVID-19, si no se implementa rápidamente lo propuesto en esta ley, ya que todos los rellenos están llegando a su límite y la solución a priori sería el cierre definitivo de muchos. Hoy hay 18 sitios con la vida útil vencida y 29 adicionales con menos de 3 años para operar, poniendo en riesgo la salud de más de 15 millones de colombianos, en la práctica, casi 1 de cada 3 colombianos.
¿Se imaginan las basuras de hospitales, restaurantes, fábricas de alimentos, construcciones, empresas manufactureras y todas las demás cadenas productivas nacionales estancadas y sin lugar de disposición final? Ya Bogotá vivió algo similar en el pasado y repetirlo, esta vez a nivel nacional, sería un error garrafal.
El reto del Gobierno Nacional y las administraciones locales es evitar que esto pase. Tienen las herramientas y toda la información para prevenir una tragedia anunciada sin precedentes. Además, el país cuenta con personas que tienen todo el conocimiento científico para sacar esto adelante.
Este proyecto de ley no solo representa un hito en la lucha contra la corrupción y la politiquería, sino que también abre las puertas a la innovación tecnológica en el manejo de residuos sólidos en todo el territorio nacional.
Sin embargo, el éxito de esta iniciativa no depende únicamente de la tecnología, sino también de la educación y la concientización ciudadana. Es fundamental que los ciudadanos entiendan la importancia de separar los residuos en la fuente y participar activamente en programas de reciclaje y compostaje.
La educación ambiental en escuelas y comunidades locales puede desempeñar un papel crucial en este sentido, enseñando a las generaciones futuras sobre la importancia de reducir, reutilizar y reciclar los materiales para conservar los recursos naturales y proteger el medio ambiente.
Y es que, a pesar de los beneficios potenciales del proyecto, el país aún enfrenta desafíos significativos en la gestión de residuos sólidos. La falta de infraestructura adecuada y la escasez de recursos financieros son solo algunos de los obstáculos que deben superarse en el camino hacia un sistema de gestión de residuos más sostenible.
En conclusión, la aprobación de este proyecto de ley para la gestión integral de residuos sólidos representa un paso importante hacia un futuro más sostenible para Colombia. Sin embargo, el éxito de esta iniciativa dependerá del compromiso y la acción concertada de todos los actores involucrados, desde el gobierno nacional hasta la sociedad civil.
Instamos a los ciudadanos a informarse sobre esta importante Ley y a participar activamente en su implementación. Juntos, podemos trabajar para construir un país más limpio, saludable y próspero para las generaciones futuras.
Las leyes per se no solucionan las problemáticas de la sociedad, pero sí somos los ciudadanos los responsables de su buena implementación, y en últimas del éxito de su ejecución.
Adenda 1: Felicitaciones a todos los congresistas que aportaron, promovieron y apoyaron este proyecto. La historia de Colombia se los agradecerá.
Adenda 2: En la próxima #COP16, que se realiza en Cali a finales de octubre, será un tema que dará mucho de qué hablar.
Por: Juan Carlos Cárdenas
